martes, 14 de febrero de 2012

Una corona de sueños



-Es sólo pelo”
-...La primera me la hice una noche de bares... eran las tantas de la mañana y llevaba meses queriéndomela hacer. Simbolizaba todas aquellas cosas que siempre dije que haría y no llevaba a cabo. A partir de ahí se fueron sucediendo una tras otra hasta seis, como las marcas del sentimiento que tenía en mente, querer romper con lo anterior, empezar de cero, vivir con una mentalidad equilibrada, ser justo con quien se lo merecía, perdonar el pasado y arreglar el gran error que cometí en su momento. Así continué, cuatro más, cerca del oído y de los ojos, que se encargaban, por cómo me dolían y molestaban, de recordarme que esos objetivos seguían rondando mi cabeza y de rememorar experiencias, amigos, personas verdaderamente importantes para mí, que nunca dejaron de estar ahí. Pasaron las semanas y me hice seis más, para marcarme que tenía que aceptar determinadas cosas y comportamientos alrededor de mí, que no se puede tener todo, que agradeciera lo que tenía y que no dejara nunca de luchar por lo que realmente quisiera.

Como las metas a alcanzar cada una era más difícil de hacer que la anterior y así cada una de las veintiuna rastas que cuelgan de mi cabeza adoptaron un objetivo claro: aprender de mis errores, ser fiel a mí mismo, no perder nunca la perspectiva... como quien se tatúa o se perfora yo me hice una corona de objetivos, sueños y metas, que siempre me acompañase. Porque esas son algunas de las cosas que mejor me definen como persona.

La penúltima rasta fue por conseguir estudiar lo que realmente soñaba hacer: Periodismo. Siempre faltó un sueño por alcanzar... pero igual desprenderme de toda esta carga es lo que necesito ahora para llegar a ello. Así que no, de un modo u otro, nunca fue sólo pelo.

1 comentario:

meryjanee dijo...

Impresionante... admirable... vivan las rastas.
fdo: la primera cana de la ultima rasta